Iluminar un escenario no es solo poner
luces, sino, a través de los colores y la intensidad de las mismas, crear el
ambiente y la atmósfera para compartir con el público.
Este trabajo muchas veces parece insignificante, y casi no es reconocido en
una producción teatral. La iluminación proporciona un contexto diferente, da un
toque de magia a los intérpretes y al espectáculo a través del color por
ejemplo. En el teatro, el color es el arma más fuerte del iluminador.
El color en las luces se obtiene a través de unos
plásticos llamados “Geles” que se colocan delante de los focos. Esto permite
que la luz pueda transformarse en cualquier color deseado. Los diseñadores de
luces planifican los temas de iluminación para sus producciones metiéndose
cuidadosamente dentro de cada obra o lista de canciones, para captar el sentido
del tema general. Registran los elementos más importantes de iluminación de
escena a escena desde un punto de vista técnico, así como notando las
emociones, colores y combinaciones apropiados que deben resaltar. El diseñador
escoge un surtido de geles específicos para cada producción, anotando las
ubicaciones, los colores fijados y las instrucciones en un cuadro o
proyecto detallado llamado "plano de luces".
Las luces de colores también son una forma importante
de representar el tiempo o estación de la producción. Ejemplo, el uso de
chorros de amarillos suaves ayuda a que el público crea que la obra tiene lugar
en una mañana de pleno verano. Los azules y plateados profundos y oscuros
pueden indicar que la acción tiene lugar en una noche de pleno verano. Mientras
tanto, las motas de rojo, naranja, amarillo y marrón pueden alertar al público
que la acción tiene lugar en un hermoso día de otoño.
Las luces de colores, cuando se usan de forma
creativa, también pueden causar efectos visuales en una producción, y logran
hacerlo con sorprendente eficacia. Un chorro repentino de luces de color rojo
profundo sobre un entorno blanco o pálido puede evocar instantáneamente un
crimen sangriento, mientras que en un lado más amable, un grupo de pequeñas
luces de colores parpadeantes pueden usarse para simular una pantalla de
computadora o un elemento de ciencia ficción.
Las luces de escenario de colores no solo iluminan los personajes en escena
con un sentido real, sino que también lo hacen metafóricamente. Pueden darle a
la audiencia una visión de la mente o el estado de ánimo del personaje, con un reflejo
rosa para mostrar que está enamorado, o verde tenue para insinuar enfermedad, o
un sutil azul para expresar depresión y tristeza. Los focos de colores no solo
aíslan visualmente a un personaje, sino que crean una alteración más amplia,
desde la fuerza del deseo hasta la iluminación de la soledad o la desconexión, o
también alegría, dependiendo de los colores elegidos.
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