Si unos de los criterios de elección, en los equipos de gama doméstica,
podía ser la comparación de los datos técnicos, en el High End estos criterios
(superados ampliamente en la mayoría) pasan a un segundo plano, prevaleciendo
la respuesta emocional y a veces rayando el esoterismo. En todo caso la escucha
directa o la opinión de expertos, tanto en establecimientos dedicados como en
prensa especializada, puede ser determinante.
Desde luego la experiencia sonora del sonido en vívo es la mejor aleccionadora,
pero aparte la dificultad de poder recordar esa experiencia en el propio salón
de casa, la diferencia tímbrica y estilística, no hay que olvidar que uno es
el sonido real y otro es el sonido grabado.
Este sonido grabado, por mucho que intente ser fiel al original, ha sufrido
una serie de procesos de adaptación, tanto eléctricos, numéricos, como psicoacústicos.
Es este arte el que trataremos de dominar, por eso es tan importante
saber que contamos con un sistema de escucha de la máxima calidad, claro está,
el que nuestro presupuesto nos permita.
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