Un factor a tener en cuenta es que el concepto de sonido es un concepto cultural más, como lo pueda ser la pintura o más detalladamente
el color mismo. Hay que tener en cuenta el entorno cultural donde uno reside
e igualmente el entorno hacia donde vaya dirigida nuestra audiencia. Desmenuzando
aún más, encontraremos sectores de dicha población con percepciones distintas
o sensibilidades diferentes. (recordad que cada uno percibe la sensación de
sonido de forma muy "personal") Las edades y la preparación cultural
son otros factores a tener en cuenta, lo cual abriría campo para otro estudio
detallado.
Nos detendremos, ya que presuponemos una cierta homogeneidad social, a estudiar
en todo caso, los Tipos de oyentes, a los cuales van dirigidos nuestros registros.
Es en ese momento cuando hay que tomar decisiones importantes como ecualizaciones
binaurales o ponderaciones típicas. Como pequeño ejemplo dilucidatorio pongo
en un extremo totalmente diferente al público infantil que el de avanzada edad,
o el público de una discoteca frente al de un auditórium. Son extremos que nos
clarifican y obligan a actuar de forma diferente, pero también nos previenen
de que existen muchas más sutilezas sonoras de las que en un principio hubiéramos
sospechado.
Uno de los factores que influye más en el sonido es la música
y sus intérpretes. Los conceptos de Dinámica y Ecualización, son de lo más influyentes
dependiendo del estilo escogido. Nosotros deberemos de estudiar previamente
estas formas musicales para saber, primero como son conceptualmente, y luego
poder actuar correctivamente si así lo necesitaran. Si uno se especializa en
determinado estilo, debería de conocer el máximo número de trabajos ajenos,
anteriores y futuros, para ir primero formándose y luego reforzando los conocimientos
y conclusiones llegadas. Nuestra experiencia es la piedra angular en la cual
se basará nuestro éxito. Sólo con dicho saber podremos usar toda la parafernalia
típica en una Grabación y en un posterior ReMasterizado, tales como Compresores,
Ecualizadores, etc..
Así que podemos concluir con que el trabajo posterior a nuestra
experiencia auditiva, para ser eficaz, debe de contar no sólo con una exquisita
escucha, sino un análisis y un bagaje cultural previamente estudiado. Es cuando
empecemos a dilucidar diferencias y parecidos, cuando llegaremos a razonamientos
concluyentes.
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